Ninguno de los dos podía creer lo que estaba viendo, era
imposible, probablemente un espejismo, un sueño o una de las visiones que
tenían del otro, un simple delirio. Ambos estaban pasmados, no se movían y con
suerte respiraban, estaban en shock y ninguno sabía que hacer, Juli quería
correr, huir y volver a esconderse en Inglaterra, pero no podía moverse, mientras Joe, deseaba
estrecharla entre sus brazos y no dejarla ir, pero tenía miedo de que si se
acercaba ella saliera huyendo otra vez.
Después de varios minutos en que sus cabezas se disputaban
por lo que debían o no hacer, Juli fue la primera en aclarar su cabeza y con
los nervios a flor de piel habló.
-Yo… yo debo irme, fue… fue una sorpresa verte de nuevo –
tragó para deshacerse del nudo que tenía en la garganta – debo irme… me están
esperando.
-No, espera, no puedes irte así como así, tenemos mucho que
hablar, te escapaste una vez y no dejaré que lo hagas de nuevo – él no podía soportar
que ella hiciera como si no pasaba nada, tenían que hablar y Juli lo sabía, era
ahora o nunca - ¿Por qué te fuiste?, ¿Por qué no te despediste de nadie?, ¿de
qué huyes y por qué lo haces de nuevo?
-Joe, yo… - Juli no podía hablar más, sabía que si lo hacia
se pondría a llorar.
-Respóndeme, ¿Por qué lo haces?, ¿Por qué huyes?
-Porque no aguantaba más en este lugar, quería irme lejos,
alejarme de todo y de todos, quería estar sola y si me quedaba no lo lograría
jamás – las lágrimas comenzaron a salir sin poder ser detenidas – quería darle
un cambio a mi vida, alejarme de los flashes de las cámaras, quería estar
tranquila solo por una vez en mi vida.
Joe al ver esta escena lo único que pudo hacer fue acercarse
y abrazarla como si su vida dependiera de ello, la entendía, él había querido
hacer eso muchas veces pero no sabía cómo, a cada parte que iba los paparazis
lo seguían y lo incomodaban, para él era imposible huir, era como si los
periodistas tuvieran un radar en él y lo siguieran adonde fuese.
Juli por su parte no podía hacer más que llorar, lloró por
todo lo que no había llorado en esos años y lloro aún más al sentir los brazos
de Joe alrededor de ella, había dicho la verdad, o parte de ella, era cierto
que hace mucho había querido desaparecer del mapa porque los periodista hacían
que se sintiera un poco acosada, pero eso había sido hace mucho, incluso antes
de que Adam naciera, pero no podía decirle que se había ido porque iba a tener
un hijo de él y tenía miedo a que él lo rechazara, pero no podía decírselo, las
palabras no salían o más bien ella no permitía que salieran.
-Shh, tranquila pequeña, estoy aquí – acaso no sabía que con
esas palabras lo único que conseguía era que llorara aún más – no te dejaré.
Esas palabras hicieron que reaccionara y se separara
rápidamente del abrazo, no podía caer de nuevo, mucho menos con Adam de por
medio, sabía que no podría acercarse a Joe mientras este no supiera lo de su
hijo y lo más probable es que si este se llegaba a enterar no quisiera saber
nada ni de ella ni del pequeño.
-Yo debo irme – dijo mientras secaba sus lágrimas y miraba
hacia el mar, no podía mirarlo directamente a los ojos.
-Pero…
-Ya te dije porque me fui y eso era lo que querías saber,
necesito irme, me están esperando – dijo mientras se daba vuelta y caminaba de
regreso a donde estaban los demás.
Por un momento pensó que la seguiría pero no fue así,
después de haber recorrido un tramo se giró y se dio cuenta que estaba sola,
tal vez no le importaba lo suficiente y solo era curiosidad lo que sentía, aun así tenía la pequeña esperanza de que el
corriera de tras de ella y que le frenara y le confesara que había estado
enamorado de ella durante todo ese tiempo y que serían felices juntos, pero eso
no iba a suceder.
Cuando volvió, se dio cuenta que Adam y Josh la estaban
esperando sentados en la arena tomando un helado, era divertido verlos así,
estaban tan concentrados en ello que hacían que no se daban cuenta de su presencia,
hacían los mismos gestos, movían la cabeza simétricamente, como si lo hubiesen
practicado, parecían… parecían padre e hijo, simplemente que no lo eran, pero
si lo eran con Joe, este pensamiento casi la hace llorar, pero se dio cuenta
que no podría hacerlo en frente de todas esas personas.
-Hola chicos, ¿me extrañaron?
-Mami!!!!! Con Josh
hicimos un castillo como el palacio de Buckingham.
-Oh mi vida, me alegro que se hayan estado divirtiendo –
Juli estaba orgullosa de su hijo, a pesar de su edad el pequeño era brillante.
-Y bien, ¿qué haremos ahora? – preguntó Josh mientras se ponía
de pie.
-Yo tengo una idea – dijo Adam con una sonrisa que no
traería nada bueno.
-Bien y ¿cuál es la idea? – preguntó Juli.
-Hay que lanzar a mamá al agua!!!!
-Tienes razón – dijo Josh
Y antes de que Juli pudiera reaccionar este la cargó en sus
hombros y la llevó hacia la orilla y la lanzó al agua, luego comenzó una guerra
donde los tres fueron participes, Juli no podía parar de reír, hace mucho que
no se divertía tanto, en ese momento se sintió completa y se dijo que era hora
de un cambio, era hora de cambiar y de olvida el pasado y estaba segura que
podía contar con Josh.
Joe miraba todo lo que sucedía, como Juli reía y se divertía
con otro que no era el, esa escena fue como si le hubiesen disparado justo en
el corazón, todo era tan claro ella tenía una vida, una nueva familia, un
novio, esposo o lo que fuera, incluso tenía un hijo y ese niño era el mismo que
había visto en el centro comercial con Hope.
Se sintió traicionado y como un idiota, estaba claro que
Hope y Jerry lo sabían, que por eso esa vez habían huido del centro comercial,
su propio hermano le había mentido y lo más probable era que Sam también lo
hubiese hecho, no podía confiar en nadie, ni siquiera en su propia familia y su
mejor amiga, a la persona que amaba la había perdido hace ya varios años.
Se sintió perdido, como un intruso, como un tonto, no podía
seguir ahí viendo como todo su mundo se derrumbaba como la mujer que amaba era
feliz con otro hombre y que además le había dado un hijo, todo era muy abrupto,
la situación lo mataba y el dolor que se sentía en su corazón era insoportable.
Corrió hacia el estacionamiento, montó su auto y condujo sin
rumbo, no sabía donde quería llegar, pero estaba seguro que tenía que ser un
lugar lejos de todo y de todos, donde pudiera sentir solo, su dolor.
Mientras iba manejando, tomo un desvío por un sendero de
tierra, todo a su alrededor era verde, los árboles era grandes y fuerte y en
ese momento el quiso ser como ellos. Al final del sendero se encontró con una
vista maravillosa, todo era mágico, como sacado de los cuentos de hadas que
contaba su abuela a los pequeños en la reuniones familiares, árboles frondosos,
con hojas muy verdes y brillantes, con muchas flores a su alrededor, con un
pasto tan verde y perfecto que parecía dibujado y al centro había un hermoso
lago, de un color azul intenso, pero que dejaba reflejar los árboles y el sol
que abundaba en el lugar.
Todo el sitio le brindaba paz, lo cual necesitaba mucho,
tenía que poner en su cabeza en orden, pero no sabía por dónde comenzar, en un
par de horas habían pasado tantas cosas, que su cabeza era un caos, necesitaba
a alguien pero no tenía a nadie con quien recurrir, estaba solo.
Y pensar que solo hace un par de horas tenía su mente tan
clara como el agua del lago y que de un segundo para el otro todo se desordenó
todo, dejando a Joe confundido y abrumado.
Había decidido romper con Molly pero
ahora ella era lo único que le quedaba, porque estaba claro que en sus hermanos
no podía confiar, también había decidido buscar a Juli hasta encontrarla, sin
importar cuanto tardara, pero ya era tarde.
En ese momento tomó una decisión, no buscaría más a Juli, la
dejaría en paz, dejaría que siguiera con su vida y él haría lo mismo con la suya y para eso
necesitaba la ayuda de Molly, haría que su relación funcionara y sabía muy bien
cómo hacerlo.
Volvió a subir a su auto y condujo de vuelta a la cuidad,
cuando estaba en ella se dirigió a la joyería más exclusiva de L.A, ya había
tomado una decisión, solo esperaba no equivocarse.
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Juli y los chicos la habían pasado de maravilla, habían
jugado reído, disfrutado y los chicos, principalmente comido, la tarde había
sido perfecta, habían tenido que lidiar con algunos paparazzi por Josh, pero
ninguno había descubierto quien era ella, el único gran percance había sido el
encuentro con Joe, pero que estaba dispuesta a olvidar para poder seguir con su vida, no lo había necesitado en
todos esos años, ¿porque tendría que hacerlo ahora? No había porqué.
-Y… ¿Cómo la pasaron? – preguntó Josh el cual estaba
aburrido del silencio.
-Yo la pasé increíble, excepto cuando llegaron los señores
con cámaras, ¿Quiénes eran y porque nos tomaban fotos?
-Vaya Juli, al parecer no le has contado a tu hijo nada de
tu pasado.
-Solo algunas cosas Josh y es mejor para él – dirigiéndose a
Adam – son paparazzi y ellos trabajan sacando fotos a las personas famosas como
Josh.
-Exacto y a veces son muy molestos y es desagradable que se
estén asediando todo el tiempo, sinceramente no te recomiendo ser famoso –
aconsejó Josh pensando en su propia vida – no hay nada como una vida normal y
tranquila.
-¿No te gusta ser famoso?
-A veces es muy divertido, pero luego es tedioso y no tienes
vida privada, en otras palabras no puedes jugar tranquilamente.
-Osea qué si yo soy famoso, no me dejarían jugar con mis
autitos.
-Bueno cariño, no es exactamente eso, pero es muy parecido.
-Entonces cuando sea grande no voy hacer famoso.
-Es lo mejor – dijeron Josh y Juli al mismo tiempo.
Ambos sabian de lo hablaban, Juli había podido escapar pero
no Josh aun así, ambos saben que era vivir bajo la presión de los medios y de
los seguidores, para cualquier personas ser famoso sería fácil, lo tienes todo
y no haces nada, pero ojalá fuera así de fácil, pero no es, a cambio de tenerlo
todo, hablando solo de lo material, tienes que dejar tu privacidad y esforzarte
por llegar a la sima y triunfar, no es tan fácil, son horas y horas de dolor,
rabia y frustración, horas y horas de sufrimiento, pero bueno, ningún trabajo
es fácil.
-Bueno, hablemos de otra cosa, además aun eres muy pequeño y
te faltan muchos años para que decidas lo que serán cuando seas adulto – dijo
Josh cambiando de tema – pero no falta mucho para que me dejes salir a cenar
hoy con tu madre.
-Para ahí amigo, una cosa es que ahora nos llevemos bien y
otra muy distinta es que te aproveches de eso solo para acercarte a mi mami –
dijo Adam hablando seriamente – cuando lleguemos a casa hablaremos muy
seriamente de las intenciones que tienes con mi mami, ¿está claro muchacho?
-Más que claro señor – dirigiéndose a Juli – no me dijiste
que era tan peor que un padre.
-Yo solo cuido lo que es mío – dijo Adam soltando una
carcajada que causó que el resto no pudiera evitar soltar una también.
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-Disculpe, ¿en qué puedo servirle?
-Busco un anillo de compromiso.
-¿Alguna piedra en especial?
-Una piedra que sea lo suficientemente grande para que se
vea desde el monte Everest.
-Tengo el anillo perfecto, acompáñeme por favor.
Joe siguió a la dependienta, sinceramente no le importaba en
lo más mínimo como fuese el anillo, solo que tuviera una piedra grande y
brillante.
-¿Qué le parece?
Pregunto la dependienta mostrándole un anillo impresionante,
era de oro blanco con un diamante enorme en el centro rodeado de diamantes más
pequeños al rededor, era simplemente alucinante, perfecto, el sueño de
cualquier mujer.
-Es perfecto – dijo fingiendo una sonrisa.
-Su novia estará feliz, es imposible que le diga que no.
Eso era obvio, Molly jamás le diría que no siendo quien era,
estando con él aseguraría una vida llena de pieles, glamour, fiestas con
famosos, joyas y dinero, mucho dinero, era imposible que digiera que no.
-Estoy seguro que me dirá que si – la dependienta
simplemente le brindó una sonrisa, ella no sabía cómo era su relación y mucho
menos como era su novia.
-Aun así, mucha suerte –suerte, algo que iba a necesitar el
resto de su vida.
Salió de la tienda con el anillo y se dirigió directamente a
su casa, esperaba que Molly estuviera allí, porque si no lo más probable es que
se arrepintiera y no podía hacerlo, ya no tenía a Juli, que más le quedaba.
Cuando llegó a casa fue hacia la habitación, a lo mejor
Molly está durmiendo su siesta de belleza, la despertaría y se lo pediría antes
de que se arrepintiera.
-Joseph Adam Frobisher me puedes decir dónde estabas!!!!
-Claro que puedo, pero antes quiero que me respondas algo –
dijo mientras se arrodillaba y sacaba de su bolsillo una caja de piel negra –
Molly, ¿me harías el honor de ser mi esposa?
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Holiss!!! Aquí les dejo otro capitulo, espero que les guste :D
La proxima semana vuelvo a clases dspues de una semana en casa :c
Oki, cuídense besis, bye c: