lunes, 20 de enero de 2014

Es mi decicion - Capitulo 83


'¿Salimos?'
Fue la palabra que salio como mensaje de mi celular, me recosté en la cama esperando la respuesta, sabia perfectamente lo que haría, ya había decidido, no me echaría para atrás. El dilema razón-corazón había quedado atrás.
'Tu di la hora y el lugar'
Fue la contestación que recibí después de un minuto. 
Mire el techo pensando el lugar adecuado...
'A las cinco, tu pones el lugar'
En realidad no se me vino ningún lugar apropiado.
'Voy a tu casa y lo discutimos'
No conteste, estaba de acuerdo con eso, no quería ir a una cafetería o a un lugar donde hubiera mucha gente, solo quería un lugar pacifico para hablar con el.
Ciertamente, aun tenia un poco de inquietud frente a mi decisión, no quería lastimarlo, pero tenia que dejar todo en claro.
Suspire mirando la hora en mi celular, a penas era medio día, tendría que entretenerme en este tiempo para no pensar en eso.
Me levante de la cama dejando mi celular sobre ella, camine hacia el armario y abrí una de las puertas, inesperadamente aquella caja blanca callo abriéndose al chocar contra el suelo, la mire por un segundo, me arrodille frente a ella y la tome, de ella se veía aquel oso blanco que había escondido, la presión del pecho volvió, acaricie aquel oso que Logan me había regalado, ese con quien había tenido platicas ficticias, el que me acompañaba cuando no estaba cerca de Logan.
- No es tu culpa -susurre con lagrimas en los ojos.
Metí al oso en la caja y la devolví a su lugar, saque la ropa que llevaría ese día, mas tarde. La aventé hacia la cama y me dirigí hacia el librero que estaba a un costado de mi armario, tome mi horario.
- Matemáticas, Literatura... ¿dos horas de Literatura? -mire extrañada aquel papel-... Psicología. 
Tome tres cuadernos y unos lapiceros, los metí a mi mochila, metí el horario junto con ellos, coloque la mochila en una silla y me senté en la cama, tome mi celular mirando la hora.
- Excelente, solo han pasado cinco minutos.


Faltaban diez para las cinco, había logrado entretenerme con la televisión y contándole a Liam y Greys mis planes, ellos parecían estar de acuerdo, o al menos Liam lo parecía.
- No te equivoques Amy -susurro Greys tomándome por el brazo.
- Ya lo decidí Greys... -mire el suelo.
- Lo respeto... solo... no te arrepientas.
- No lo haré -sonreí.
Greys me soltó el brazo y continué subiendo las escaleras, llegue a mi habitación cerrando la puerta. ¿De verdad no me arrepentiría?
Me asome a la ventana justo para ver como se estacionaba un coche negro.
- Ben... -susurre.
Lo vi bajarse del auto y caminar hacia la entrada, cerré los ojos hasta que escuche el timbre, camine hacia la puerta de mi habitación y espere.
- Amy -grito Liam desde la primera planta-, Ben llego.
- Lo se -susurre.
Respire un par de veces mas para armarme de valor... sinceramente, ya me estaba acobardando.
Salí de mi habitación para llegar a Ben.
- Hola -lo salude en cuanto lo vi.
- Hola Amy -me beso la mejilla.
- ¿A donde vamos?
- Esperaba que tu me lo dijeras -sonreí nerviosamente.
- ¿Cual es tu idea para salir? -pregunto.
- Un lugar tranquilo, solo eso.
- Bueno... ya se donde -sonrió-, vamos.
Me despedí de Liam y de Greys y salí de casa junto con Ben, caminamos hacia su auto y como rutina el me abrió la puerta del copiloto.
- Amy, el cinturón -dijo el estando ya en el auto.
Reí con ganas mientras me ponía el cinturón, siempre me decía los mismo cuando entraba a su auto.
Comenzó a conducir por una dirección inquietante para mi, aun así no estaba segura de que nos dirigiéramos a ese lugar.
Diez minutos después, comprobé mi sospecha.
- Ben -susurre.
- Querías un lugar tranquilo, aquí estamos -sonrió.
Bajo del auto dirigiéndose hacia la puerta del copiloto, como de costumbre la abrió dejándome libre.
- Tranquilo... ¿pero tu casa?
- Anda vamos -dijo entre risas.
Caminamos hacia la entrada, Ben le pidió a la misma chica rubia de la vez pasada que avisara que estaría en el jardín, la chica asintió sonriendole, luego me miro seria para después irse.
- Le gustas -asegure.
El rió.
- En verdad -lo mire-, se nota a kilómetros.
- Es buena... pero no se -dijo serio-, ven...
Me tomo de la mano y me guió por aquel laberinto verde, me fascinaba como habían decorado aquel jardín, lo había visto en una ocasión, pero era de noche, y solo se apreciaba con las farolas encendidas, ahora se podía ver en su totalidad.
- ¿Tu lugar? -pregunte en cuanto nos detuvimos.
- Algo así -sonrío-, nunca traigo a nadie -dijo sentándose en el pasto dándole la espalda a la casa.
- ¿Y porque me has traído? -enarque ambas cejas.
- No se -sonrió encogiendo de hombros.
Me senté a su lado mirando aquel estanque que quedaba frente a nosotros.
Escuche un suspiro de Ben que me obligo a mirarlo.
- Amy... -susurro después de unos segundos.
- Dime -dije nerviosa.
-...

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