viernes, 15 de noviembre de 2013

¿Crees que me Extrañe? - Capitulo 61


Veinte minutos después de las ocho.

Tamborilee los dedos contra mi pierna.
- Tranquila Amy -Liam coloco su mano sobre la mía impidiendo que siguiera haciendo mi movimiento nervioso.
- Ya pasan de las ocho Liam -lo mire.
- Tu sabes que es imposible llegar puntual, por alguna u otra razón.
- Ya se pero...
- Amy, tranquila -sonrió.
- ¿Parezco loca frustrada?
- Desesperada, seria el termino correcto.
- Gracias -conteste con sarcasmo.
- Para eso estamos los hermanos -rió.
Bostece debido al cansancio, no había dormido bien, y estar catorce horas sentada no ayudaba para nada. Lastimosamente no pude dormir en el vuelo, la ansiedad de llegar con el podía mas que mis necesidades.
Diez eternos minutos después la azafata nos indico que nos colocáramos los cinturones, pues íbamos a aterrizar. Sonreí al escuchar aquello, se que no podría ver a Logan a esta hora, eran las ocho y media, y haciendo lo necesario con suerte llegaríamos a las diez a casa, pero el simple hecho de hallarme en la misma tierra que el me hacia sentir inmensamente feliz.
Baje con gran felicidad del avión, apenas estuve fuera, saque mi celular y llame a Logan.
Espere, pero no atendió. Fruncí el ceño inconforme, quizá estuviera durmiendo... quizá no llevara el celular, guarde el mio en el bolso de mi pantalón y me apresure a colocarme el sweater, tal y como lo había previsto hacia un frío considerable. Tardamos un buen tiempo esperando nuestras maletas, al fin, salimos del aeropuerto, un chico le entrego unas llaves a mi padre, al parecer el Mercedes de papá se había quedado esperando las dos semanas enteras. Subimos al auto y emprendimos el viaje de vuelta a casa.
- Te veo mañana -sonrió Liam mientras dejaba su celular en el asiento del auto-. ¿Porque esa cara Amy? ¿no era que querías regresar?
- Logan no atendió su celular -dije curvando mi labio inferior hacia afuera.
- Quizás no haya escuchado, pero seguro te llama -confió.
- Bien -dije cruzándome de brazos.
- ¿Sabes? a veces tienes arranques de niña pequeña -se burlo.
- Mentiroso  -le enseñe la lengua confirmando su acusación.
- ¡Lo ves! -dijo riendo.
- Liam -proteste.
- Sabes que bromeo Amy -dijo pasando su brazo por mis hombros.
- ¿Si? pues ya estas grandesito como para hacerme enojar así -dije inconforme aun.
- No lo creo... debo recuperar los años que perdí -sonrió.
Lo mire enarcando una ceja.
- ¿Así que me molestaras... -simule contar con los dedos- hasta los treinta y seis años? 
- Puede ser -sonrió.
- No lo creo -dije cruzándome de brazos nuevamente.
- Ya lo veremos hermanita -sonrió burlonamente.
- Niños dejen de discutir -nos regaño Mikeila.
- Mamá, no soy un niño -ahora Liam fruncía el ceño.
- Eso parece -rió ella.
- Tengo diecinueve -se quejo.
- Pues me molestaras hasta los treinta y seis ¿no?
- Están en mi contra -dijo haciéndose la víctima.
Mikeila y yo reímos al unisono.
- Que graciosas -dijo sarcásticamente.
- Eres divertido Liam -dije entre risas.
El me miro serio pero después de unos segundos su risa se unió a la mía.
- Llegamos -dijo mi padre al fin.
Gire la vista hacia aquella casa blanca, sonreí por estar ya en casa.
Baje y espere mi maleta, en cuanto mi padre giro el picaporte entre a la casa prácticamente corriendo, subí a mi habitación y me eche en cama.
- Por fin -sonreí.
Me senté en la cama sacando mi celular de mi bolsillo, lo mire recordando la llamada no respondida, lo coloque en mi mesa de noche y me arrodille ante mis maletas, las abrí y sin ganas comencé a sacar toda mi ropa esparciéndola por el piso, llegue hasta aquel peluche blanco, no pude evitar sonreír al verlo.
- ¿Y tu... lo extrañas? -pregunte como si me fuese a responder-. Seguro que si... ¿crees que el me extrañe? -dije jugando con su pelaje.
- Seguro que si.
Mi corazón se detuvo al escuchar esa voz... esa voz que me robaba el alma.
Me di la vuelta levantándome de golpe, ahí estaba el, tan perfecto, como siempre.
Sin poder evitarlo corrí hacia el lanzándome a sus brazos, el me recibió sonriendo.
- Bienvenida -susurro a mi oído.
Respire ese perfume haciéndome inmensamente feliz.
Me separe de el mirando su rostro nuevamente, tornándome seria.
- No contestaste -fingí estar molesta y me cruce de brazos.
El rió ante mi comportamiento, tomando mi rostro entre sus manos.
- Yo también te extrañe -dijo acercándose a mi.
Volvía esa sensación... esa que me hacia débil lentamente, que me trasportaba hacia otro mundo, uno donde estábamos solo el y yo, sin nadie mas. Mis labios disfrutaron de la invasión y atacaron sin querer quedarse atrás, por instinto coloque mis brazos sobre su nuca y el me acerco mas a el rodeándome la cintura. Nos separamos quedando abrazados.
- No sabes como extrañe esto -dijo sonriendo.
Sonreí perdiéndome en aquellos ojos castaños, sin duda era mas que feliz estando de vuelta, estando a su lado.


jueves, 14 de noviembre de 2013

De Vuelta - Capitulo 60


- Amy -Logan me miraba sorprendido.
- Esperaba otro recibimiento -sonreí.
- Es que yo... -su mirada era extraña.
- Logan... ¿te pasa algo? -me preocupe al instante.
Camine hacia el, al querer tocarlo el se hecho para atrás.
- ¿Logan? -susurre.
- Ya no puedo estar contigo Amy -dijo con la mirada cargada de dolor.
- ¿Que? ¿Como? -comencé a alterarme-. Logan contéstame.
- Ya no puedo -dijo retrocediendo.
- Logan no puedes... -mis ojos comenzaban a inundarse.
- Si puede -Melanie salio detrás de el sonriéndome burlonamente-. Te lo dije... te dije que el seria mio.

Desperté sobresaltada, me había olvidado de Melanie... ¿pero que pienso? Logan jamas me dejaría por ella... lo había prometido, había prometido que nosotros eramos un para siempre.
Un sueño... solo era eso, un mal sueño.
Mire mi celular, dos segundos después sonó la alarma que indicaba el día de vuelta.
Me levante de la cama y la arregle un poco pues al haber dormido sobre ella, no era un desastre. Me metí a la ducha abriéndole al agua caliente, me deshice de mi ropa, entre a la ducha dejando que sus cálidas gotas de agua alejaran ese sueño que me había hecho estremecer, me duche para luego salir en ropa interior con el cabello enredado en una toalla, el día anterior no había decidido que ropa llevaría así que tendría que buscarla ahora. Abrí mi maleta buscando alguna prenda de mi gusto. Después de buscar algo un rato, encontré lo adecuado (Vestuario), a pesar de ser de madrugada se sentía el clima cálido y durante el viaje seguro que también estaría en una temperatura no muy fresca, pero llegando a Los Ángeles seguro que la temperatura descendería considerablemente, llevaría el sweater en brazos, para tenerlo a la mano cuando lo necesitara. Me dirigí al tocador y me quite la toalla del cabello, este callo sobre mi espalda aun húmedo  lo cepille dejándolo suelto, tome una liga colocandola en mi muñeca, me amarraría el cabello en cuanto estuviera seco. 
Di una ultima vuelta por la habitación asegurándome de no olvidar nada.
- Amy -escuche mi nombre al momento de oír insistentes golpes en la puerta.
Abrí la puerta descubriendo a Liam del otro lado de ella.
- Ya estoy -dije sonriendo.
- ¿Feliz por volver? -sonrió.
- Dímelo tu -lo abracé.
El rió por un momento devolviendome el abrazo.
- Pues debemos apurarnos o perdemos el vuelo.
Me ayudo con mis maletas y bajamos a la recepción donde ya se hallaban mi padre y Mikelia hablando con el gerente. Llevamos mis maletas al auto alquilado donde aguardaban las demás. Subí al auto con Liam a mi lado, me recargue en el respaldo del sillón y mire por la ventana, iba a abandonar aquel precioso lugar pero volvería a sus brazos.
Vi a mi padre caminar hacia el auto junto con Mikeila, entraron en el auto colocándose el cinturón de seguridad.
- ¿Y que tal? -pregunto mi padre con esa sonrisa ya muy característica en el.
- Estuvo excelente -sonreí.
- Me alegra que les gustara -nos miro Mikeila.
- Como dijo Amy, estuvo excelente mamá.
- Bien... ahora de vuelta a casa -sonrió papá.
Encendió el auto y comenzó el viaje al aeropuerto.
Con la mirada, me despedía de aquel maravilloso lugar, las luces iluminaban las calles, aquellas solitaria calles por ser de madrugada, había escasos coches transitando por la ciudad, en algún momento se reanudaría la actividad en la ciudad.
Después de diez minutos llegamos al aeropuerto, a diferencia de la ciudad, este estaba con un numero considerable de gente, nos tardamos menos que la vez anterior, entramos al avión ahora me había tocado con Liam, lo cual agradecía, sabia que con el a mi lado no tendría que pensar en que haría durante el viaje, aun así, una platica de catorce horas no era muy convincente.
El avión comenzó a moverse y con el mis nervios comenzaron a acabarse, necesitaba verlo ya, tenerlo, ver esos ojos.
Logan, no puedo creer lo que te extrañaba.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Desilusion - Capitulo 59


Debo admitir que me propuse dejar un rato a Logan para dejar que el tiempo hiciera lo suyo, había pasado con Liam días divertidos, el también ya se notaba mejor, creo que ya no eramos zombies andantes.
Mi plan dio resultado, pues este era ya el ultimo día que pasaríamos en Río, estaba mas que feliz por volver a Los Ángeles.
Tome mi iPod y baje a la piscina, ya había terminado de empacar mis cosas, mañana saldríamos temprano para el aeropuerto.
Salí al lugar de mi destino, la luz de la luna me ilumino completamente, sonreí complacida por tener su presencia tan cerca de mi.
Me recargue en el barandal y me coloque los auriculares. Mire aquella grandiosa vista que me ofrecía la noche, podía verse el mar oscuro y en el, el relejo de aquella enorme luna blanca.
- Mañana estaré contigo -le dije al astro.
Era sorprendente como después de todo había disfrutado las vacaciones, me había divertido pero lo había extrañado, aunque eso ya no importaba, por fin lo vería de nuevo.
Pase un buen rato imaginándome el como me pondría al ver a Logan y la reacción de el, me divertía al imaginarme la reacción de Greys que quizá haya sido la mas sufrida. Reí ante la idea.
Sentí una mano en mi espalda, me voltee dispuesta a golpear en broma pues pensé que era Liam.
- Hola Amy -saludo Daniel.
Me había equivocado.
- Hola -dije volteandome nuevamente hacia el mar.
- ¿Así pasas tu ultimo día?
- No quiero olvidarme de la vista... es algo increíble.
- Muy cierto -se recargo en el barandal a mi lado.
Nos quedamos en silencio mirando aquel paisaje. 
- Te extrañare-dijo rompiendo el silencio.
Sus palabras provocaron que lo mirara de inmediato.
- ¿Disculpa? -pregunte sorprendida.
- Te voy a extrañar -dijo mirándome.
- Daniel...
- No, no escucha -me interrumpió-. No pude decírtelo antes... y no se si halla sido bueno, me la  he pasado muy bien contigo estos días... aunque se que a tu hermano no le agrado -esbozo una sonrisa-. Pero solo... agacho la mirada un momento para después mirarme de nuevo-. Amy, tu me gustas-soltó de repente.
Entre abrí la boca por la sorpresa.
- Da-Daniel -balbucee- yo...
- ¿Tu que piensas? -pregunto esperanzado.
- Yo... te extrañare... porque, porque eres un chico simpático y divertido... y buen amigo -terminé.
- ¿Amigo? -dijo serio.
- Si Daniel... amigo -lo mire apenada-. Yo tengo novio... y estoy mas que enamorada de el.
- Entiendo.
- Lo siento -baje la mirada.
- No tienes porque -dijo frió.
Lo mire confundida... había dicho entiendo y ahora me hablaba así.
- Daniel...
- No me digas nada, esta bien... fue una ilusión solamente.
Dicho esto se fue dejándome sola... me dejo confundida... ¿ilusión? si nos conocíamos de hace solo dos semanas...
Daniel desapareció entre las puertas del hotel, volví a mirar aquel armonioso mar, quizá nunca lo volvería a ver. Me di la vuelta y camine hacia las puertas del hotel, baje los pisos restantes para quedar el la planta principal, salí del hotel, caminando por aquella impresionante fila de banderas, estando afuera cruce la única calle que me separaba de aquella arena blanca.
No tarde ni dos minutos en estar en contacto con esa arena, camine hacia la orilla de la playa, dejando mis huellas tras de mi, me senté en la arena mirando el océano, aquellas olas que intentaban escapar del mar, sus intentos eran fallidos pues conforme rompían regresaban al mar.
La brisa del mar llego a mi, aquella que refrescaba el calor que se sentía, comencé a jugar con la arena, la tomaba entre mis manos y la dejaba salir por entre los orificios que encontraban en su camino.
No se cuanto tiempo estuve así, mire al rededor de mi, aunque ya era noche había aun personas, levantaban sus cosas para emprender la partida. Quizá yo debiera hacer lo mismo, necesitaba dormir, tenia que levantarme a las cuatro de la mañana, pues el vuelo salia a las seis, nuevamente catorce horas de viaje.
Por alguna razón, no quería irme de aquí, me había encantado este lugar, a excepción del calor todo estaba perfecto, pero aun así, mi ser anhelaba estar con Logan lo mas antes posible. Quería estar con ese ser tan perfecto, tan único.
Impulsada por mis deseos me levante de aquella cálida arena, me despedí del mar con una mirada de admiración, camine de vuelta hacia el hotel, sabia que si mi papá o Liam se enteraban que había salido sin nadie iban a explotar.
Llegue a mi habitación sin ningún obstáculo, mire la hora, eran casi las diez de la noche, tenia que dormir, porque seguramente en el camino no lo haría por la emoción de verlo de nuevo.
Me aventé en la cama sin preocuparme por taparme, la noche era cálida, puse mi alarma veinte minutos antes de las cuatro, apague la lampara y me abrace a aquel peluche blanco que Logan me había regalado, sin duda, el había sido mi compañía durante estas dos semanas sin Logan.

martes, 12 de noviembre de 2013

Incomoda - Capitulo 58


Busque en mi ropa algo adecuado para salir.
Mis padres al fin se habían acordado de nosotros... literalmente, los últimos cinco días se habían hallado algo distantes, y Liam y yo los comprendemos, era su Luna de Miel, y queríamos que lo disfrutaran.
Hoy iríamos a comer a algún restaurante, no sabia que ponerme, algo formal o solo lo de siempre.
Estos últimos días había salido con Daniel, era realmente simpático, me había hablado mucho sobre el y su familia, un día nos llevo a un parque cercano, y digo nos porque Liam fue con nosotros.

- Entonces, nos vemos mañana -había dicho Daniel.
Sonreí asintiendo.
- ¿Mañana que? -pregunto Liam una vez estando solos.
- Iré con Daniel a un parque de aquí cerca.
- ¿Tu sola? ni de chiste Amy, búscalo y dile que muero de ganas por ir -Liam se había puesto serio.

Liam era el chico mas sobre protector que había conocido en mi vida. Me había jurado que iba a ir porque quería conocer mas allá del hotel, sinceramente no le creí, sabia perfecto que solo quería cuidarme y se lo agradecía.
Seguía con el pleito de la ropa... no sabia a que lugar iríamos, hubiera agradecido que al menos me dieran una idea del lugar, o por lo menos que hayan dicho spaguetti o hamburguesa, creo que con eso era mas que suficiente, pero no... solo me dejaron a mi suerte.
Al cabo de diez minutos me decidí por algo ni tan elegante, ni tan cotidiano... el juego de ropa se lo agradecía igualmente a Greys (Vestuario) .
Al acabarme de cambiar, me dirigí al gran espejo de mi habitación, cepille mi cabello dejándolo suelto, las ondas de este comenzaron a formarse, como siempre no quise maquillarme... simple y sencillamente no me sentía cómoda.
Me senté en la cama con las piernas cruzadas, coloque mi mano derecha sobre ellas y mire el plateado anillo que habitaba en mi dedo anular. Delinee con mi dedo el infinito del anillo, el tiempo no pasaba muy rápido que digamos, este era mi sexto día aquí y me sentía realmente intranquila, lo extrañaba demasiado, lo necesitaba como nunca. Una pequeña gota salada callo cerca del anillo, me levante de la cama y camine hacia el balcón, deslice la puerta y salí, me senté en este mirando la playa, el sol toco mi piel, cerré los ojos. Deje que mi imaginación me transportara a su lado, podía sentirlo, saborear sus labios, sentir su calor, podía ver ese perfecto rostro. Abrí los ojos dejando que las lágrimas salieran de ellos, no se si podría aguantar siete días...
- Solo siete días... si puedes, solo siete días mas...
Me levante del lugar secando los finos caminos que mis lágrimas habían dibujado, me dirigí a mi cama donde se hallaba mi no tan útil celular, mire la hora, para este momento ya me deberían estar esperando en la recepción. 
Salí de la habitación dejando el celular en la cama.
No estaba de ánimos como para bajar las escaleras, espere al ascensor y entre en el, bajo un par de pisos cuando la puerta se abrió.
- Hola Amy -saludo Daniel entrando al ascensor.
- Hola -susurre incomoda.
- Te ves muy bien... ¿a donde iras?
- Saldré con mi familia a cenar -sonreí.
- Debe ser un buen lugar al que van -aseguro
- En realidad no tengo ni idea -me encogí de hombros
- Entiendo -sonrió y me miro.
Incomoda por su fija mirada, dirigí mi vista hacia cualquier rincón donde no estuviera el.
- Amy -dudo. Lo mire, entre en pánico al ver la forma en que me miraba... no podía ser-. Yo quería saber...
Para mi suerte, las puertas se abrieron en ese instante.
- Tengo que irme -dije aprisa.
El solo asintió algo inconforme.
Salí del ascensor y camine hacia donde ya esperaba mi familia.
- Estoy lista -dije mirándolos.
Al parecer no había fallado, los tres vestían formalmente.
- Vayámonos entonces -animó mi papá.
Caminamos hacia la salida del hotel, un chico ya esperaba afuera con nuestro auto alquilado. Subimos en el y papá emprendió el viaje.

- Así que... ¿mañana que harás? no me digas que estarás con Daniel.
- Quizá -me encogí de hombros.
- Pasas mucho tiempo con el ¿no crees?
Mire a Liam, quien sentado en mi cama continuaba su interrogatorio.
- No se Liam -dije seria.
- ¿Que pasa Amy? -ladeo la cabeza.
- Liam... ¿porque te molesta que hable con Daniel? -pregunte al momento que recargaba mis brazos sobre un cojín.
- No lo se -se encogió de hombros.
- ¿Tu crees que... no se, tenga otras intenciones, algo como... mas que amigos?
- Amy -exclamo mirándome sorprendido-. Se nota a kilómetros.
- Si, seguro -conteste con sarcasmo.
- Soy un chico... se lo que quieren los chicos, y como miran los chicos y ese chico no busca amistad solamente.
Me quede callada, tenia mucha razón, el sabia lo que los hombres querían y como reaccionaban, pero no quería aceptar aquello, me hacia estar incomoda.
- Liam, solo... olvídalo ¿si?
- Como quieras -dijo un poco molesto.
Abrace el cojín ocultando mi rostro en el.
No podía ser lo que Liam decía, quizá solo fuera una confusión, una confusión incomoda que no pasara a mas... eso tenia que ser.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Nunca lo Cambiaría por Nadie - Capitulo 57


Cambié la pagina del libro que leía, Blaze.
Liam se encontraba ahora metido en la piscina, me había dicho que iba a meditar.
Se que el extrañaba a Greys... al igual que yo extrañaba a Logan. 
Suspire dejando caer mi cabeza en el camastro.
- Creo que ya no aguanto -dije para mi.
Estuve a punto de dejar que mis ojos se inundaran, sentí el sol sobre mi y recordé lo que me había dicho...
"Cada mañana, cuando te despiertes, el sol tocara a tu ventana... es como si yo te mirara. Cuando el sol te toque, sera un abrazo mio, cada tarde cuando el sol se meta, despreocúpate, sabes que regresara al día siguiente. Cuando la luna te mire... estaré contigo" 
Sentí su abrazo contra mi... creo que a partir de ahora no volvería a estar lejos del sol.
Me di la vuelta quedando boca arriba, deje que el libro reposara en mi vientre para recibir la presencia de Logan.
Busqué a Liam con la mirada, se hallaba sentado al borde de la piscina con los pies en el agua, miraba mas allá del barandal que daba vista a la playa, aun así ese no era el objeto de su mirada, estaba perdida y yo sabia donde se encontraba.
Suspire tomando mi blusa ya seca y me la puse. 
Mire hacia en frente y vi como el chico de antes se levantaba de su camastro y comenzaba a andar, las bermudas verdes que llevaba aun escurrían, debido a que llevaba poco tiempo fuera del agua, sin darme cuenta me quede mirándolo hasta que el llegó a mi.
Oi -sonrió
- ¿Disculpa? -lo mire confundida.
Você não fala Português ¿certo?
- Lo siento... no hablo Portugués -sonreí.
- Eso parece -sonrió el chico.
- Así que... ¿Hablas ingles y aun así me sigues contestando en Portugués?
- Lo siento, la costumbre -rió.
- Despreocúpate.
- ¿Puedo?
- Seguro -sonreí.
El chico se sentó en el camastro de Liam, lo cual me recordó su ataque de celos hacia aquel chico. Mire a Liam quien aun tenia la mirada perdida... Dios, creo que podría pasar un tornado y el seguiría así.
- ¿Se enojara tu novio? -pregunto el chico siguiendo mi mirada.
- No es mi novio -sonreí.
- ¿No? estaba casi seguro de que lo era.
- Es mi hermano -sonreí.
- No se parecen.
- Bueno... es mi hermanastro.
- Entiendo -sonrió.
- ¿Donde aprendiste a hablar ingles?
- Mi padre es de Nueva York, así que mi familia paterna habla ingles... y mi mamá es de São Paulo, aunque estamos colindando con Río, mi mama insiste en venir aquí cada año en su cumpleaños.
- Interesante -sonreí-. ¿Ya paso su cumpleaños?
- Hace dos días... pero le encanta estar aquí por una semana entera, aunque la ultima vez hizo que nos quedáramos casi un mes -sonrió.
- ¿No tuviste problemas con la escuela?
- No... cosa de mi mamá... pero y tu, ¿de donde eres?
- Nací en San Francisco, estuve gran parte de mi vida allá pero nos mudamos a Los Ángeles hace casi medio año.
- ¿Enserio?
- Si...
- ¿Cuanto tiempo llevas aquí?
- Cuatro días
- No te había visto -frunció el ceño.
- Es que prácticamente no había salido de mi habitación -me encogí de hombros-. No tenia idea de que hacer.
- Ya veo -sonrió-. Pero hay tantas cosas que hacer aquí.
- Lo se... el lugar es inmenso. Pero creo que me perderé por lo mismo -reí.
- No creo -sonrió-, cuando quieras puedo acompañarte.
- Gracias -sonreí.
Mire hacia donde se hallaba Liam, curiosamente ya no estaba ahi.
- Voy por algo de comida... ¿vienes?
Era mi hermano que estaba atrás de mi camastro.
- Si... -me incorpore tomando mis cosas-. Luego te veo...
- Daniel, creo que olvide presentarme.
- Daniel, mucho gusto  -estreche su mano-. Amy.
- Un gusto... luego te veo entonces.
Sonreí asintiendo, me levante del camastro y camine junto a Liam hacia la entrada del hotel.
- Estabas muy entretenida -dijo sin mirarme.
- Liam -alargue.
- Eso parecía.
- Es un chico simpático... pero nada mas, solo es un conocido.
- Eso espero o Logan...
Me pare frente a el impidiéndole el paso mientras ponía una mano en su pecho.
- Nunca dejaría a Logan por alguien que haya conocido en vacaciones, de hecho... nunca lo cambiaría por nada ni nadie.
- Y me ha quedado claro.
- Eso espero hermanito.
- Ya... vallamos a comer -paso un brazo por mis hombros y caminamos para conseguir alimentarnos.