martes, 14 de febrero de 2012

Nostalgia en el anden - One-shot maraton



Ya pasan treinta minutos desde que el tren debería haber llegado. No, espera, yo he llegado treinta minutos antes. Las ganas de escapar me desbordan, ni tan siquiera soy consciente de la hora o de cómo pasa el tiempo.
Llevo un buen rato de pie así que decido sentarme al lado de una madre y su hijo. Debe tener unos nueve o diez años. A esa edad lo único que me preocupaba era sobrevivir a las clases de matemáticas y no olvidarme el bocadillo del recreo. Apostaría a que cualquier persona daría lo que fuera por volver a esa edad.
De repente suena el móvil, y despierto de mis reflexiones. Miro en la pantalla. Es Bibi… otra vez. Siempre ha sido igual, en el momento en que ha tenido noticia de alguna historia sustanciosa no duda en informarse al cien por cien de lo ocurrido, aunque realmente ese entusiasmo nace muchas veces de la preocupación. Nadie se da cuenta de lo mucho que se puede llegar a preocupar. Es encantadora. Pero prefiero no cogerlo, ya le contaré cuando llegue a casa, ahora no estoy de humor.
Casa… Qué extraño suena después de tanto tiempo. Nunca llegué a imaginar que lo podría echar tanto de menos. Es bien sabido que uno no se da cuenta del verdadero valor de las cosas hasta que las pierde. O en mi caso, hasta que se aleja de ellas durante una temporada. Una larga temporada, demasiado para mi gusto.
Busco en mi bolsa algo de comer. Es cierto, con las prisas no he traído nada. Cojo mi cartera en busca de unas monedas y la abro. En ella veo una foto algo ajada, pero que me trae muy gratos recuerdos. Es de nosotros. Él la metió aquí antes de que me fuera. Hacía tiempo que la había perdido, pero en cuanto la encontró no dudó en dármela para que no me sintiese sola o triste, y para que tuviese siempre bonitos recuerdos.
Qué tonta he sido, nunca debí haberme marchado. ¿Cómo pude ser tan impulsiva? ¿En qué momento tomé esa decisión tan descabellada? Aunque poco importa ya, porque apenas quedan unas horas para que esté de vuelta. Es curioso que regrese un 14 de febrero. ¿Curioso? Más bien… Apropiado. Sí, es el día idóneo. El día perfecto para el reencuentro con los que más amas en este mundo.
Avisan por megafonía de la próxima salida desde el andén. La gente empieza a levantarse de los bancos y a coger sus maletas. Ya llega el tren. Ahora tan sólo queda el camino de regreso, el dulce camino al hogar.
Marta San.

2 comentarios:

  1. Demasiado hermoso, es decir, me encanto su forma de escribir, tan triste pero dulce a la vez...
    Me re gusto, y si...Quisiera tener la edad del niño o mejor 12 creo que fue la edad que mas me gusto :P jajja
    Bueno sigo leyendo los que me queden, son todos tan dulces y lindos...

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  2. Marta San, que linda forma en que describió todo :) Que escrito mas dulce y sencillo....
    Me re gusto, aveces todos queremos escapar en realidad pero no es la mejor opción aunque en el momento creemos que si...
    Bueno sigo leyendo divina :D

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