lunes, 24 de febrero de 2014

Nunca me equivocaría contigo - Capitulo 90

Desperté por mi escandaloso celular, lo tome y vi que la causa había sido un nuevo mensaje.
'Te extraño'
Era lo que decía, no sabia de quien era pues el numero era desconocido, conteste el mensaje.
'No te tengo registrado, creo que te equivocaste de numero'
Envié el mensaje y me levante, hacia un calor insoportable, fui directo al baño y me metí a la ducha, puse el agua lo mas fría posible.
Me refresque un poco, pero no tarde en sentir el calor nuevamente, me puse un short y una blusa delgada, me amarre el cabello y abrí las ventanas de mi habitación dejando que el aire entrara, era un calor sofocante, mi celular volvió a sonar y leí el mensaje.
'Jamas me equivocaría contigo Amy'
Mire extrañada el mensaje
'Ben, ¿eres tu?'
No era muy posible ya que la noche anterior el me había llamado desde su celular y nunca me comento que cambiaría su numero, la única razón fuera que se había quedado sin saldo.
Baje a la sala con el celular en la mano, vi que Liam y Mikeila iban saliendo de casa, seguramente Liam iba a trabajar y Mikeila de compras, mire por la sala y la cocina, no había nada que hacer, todo estaba limpio, regrese a la cocina y me prepare el desayuno. El celular volvió a sonar.
'Quisiera ser el, tiene suerte de tenerte'
La intriga me invadió.
'¿Entonces quien eres?'
Espere una respuesta, la cual no obtuve.
Subí a mi habitación y tome mi iPod, ya tenia mucho que no lo utilizaba, puse el modo aleatorio y comencé a escuchar "Was it a Dream", suspire y saque mis libros para hacer mi tarea de calculo, era un tanto complicado, en mi estado de animo todo se me dificultaba.
A las tres y media de la tarde guarde mis libros y me metí a bañar, el calor sofocaba.
Al salir me vestí con unos Jeans rasgados, una blusa blanca delgada y mis Converse. Amarre mi cabello en una coleta para aplacar el calor.
Media hora después, ya estaba con Ben en el auto.
- Amy...
- El cinturón -complemente mientras lo colocaba.
El rió ante mi acción.
- Debo acostumbrarme -sonreí.
- Si que lo harás -me beso.
Comenzó a conducir por las calles que ya conocía, hasta que doblo en una que me desoriento
- Ben, ¿a donde...?
- Es sorpresa -me interrumpió el.
Reí.
Condujo unos veinte minutos mas hasta llegar a un muelle. Se estaciono y salimos del auto. Sonreí al ver el lugar, era perfecto para este día bochornoso.
Ben me tomó de la mano y caminamos por el muelle, al llegar al borde un hombre nos esperaba, tenia unas bermudas anaranjadas con una playera blanca, a su lado había una moto acuática.
- Ven -me dijo Ben yendo hacia el.
- ¿Benjamin Marsden? -pregunto el hombre leyendo algo en su libreta.
- Soy yo -sonrió Ben.
El tipo le entrego un par de chalecos para después retirarse. Ben me ayudo a ponerme el mio para después ayudarme a subir a la moto, el la encendió e instintivamente lo abrace por la espalda.
- Sujetate fuerte Amy -sonrió el.
Manejo la moto mientras la brisa del mar nos bañaba refrescandonos, Ben condujo hasta una pequeña isla artificial, al llegar un chico que estaba vestido igual que el hombre anterior  cuido la moto.
Ben me tomo por la mano y caminamos hasta un local, Ben hablo con un tipo que estaba detrás de una barra, después salio sonriente.
Seguimos al hombre mientras mi paciencia se agotaba.
- ¿Sorpresa? -enarque las cejas.
Atravesamos unas puertas.
- Sorpresa -dijo el sonriendo.
Luche por que mi sorpresa no fuera notoria, pero fue en vano. Nos encontrábamos en un pasillo en donde las paredes eran sustituidas por escaparates, del otro lado de ellos el agua fluía libremente, en donde distintas especies de peces nadaban sin preocupación.
Sonreí al ver todo aquello, era precioso. 
- ¿Te gusta? -pregunto el sonriendo.
- Es... me quede sin palabras -sonreí abrazándolo.
- Sabia que te gustaría -sonrió.
- ¿Porque?
- Bueno -pauso un momento-, dos razones, una, eres vegetariana, es decir defiendes la vida de los animales, así que quise que los vieras, segundo, te iba a llevar a otro lugar, pero creí que no te gustaría verlos en cautiverio, así que en este acuario, ellos -señalo a la diversidad de animales que nos rodeaban- son libres.
Era increíble el como me conocía.
Paseamos por esos pasillos solitarios, pensé que Ben había pedido que lo cerraran, pues para ser domingo era muy raro que estuviéramos solos. No quería ni pensar cuanto había pagado por ello.
Permanecimos mucho tiempo ahí, la luz del sol ya no se reflejaba sobre el agua como  con la intensidad de antes, así que decidimos marcharnos.

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