- ¿Que haces aquí? -susurre la pregunta que debí haberle hecho en voz alta.
- Amy... deberíamos irnos -dijo ella.
- No -susurre-, quiero saber...
No podía ser lo que pensaba, no quería apartar la vista de ellos dos, simplemente no podía hasta saber que pasaba.
Mi corazón golpeaba como loco desenfrenado.
- Amy, vayámonos -pidió Greys.
- No Graciela -dije mirándola, terminando con mi paciencia.
La chica me miro sorprendida.
Comenzaba a sentirme mal, sentía que mis ojos dejarían escapar esas lagrimas que amenazaban con salir, no podía, no hasta saber la verdad.
Mire aquella escena abrumadora, Logan le tomo las manos a Melanie, sentí que cada contacto que tenían me dejaba débil.
Me levante de mi lugar mirándolos aun, ninguno de los dos se había percatado de mi estancia allí, aquella vitrina que nos dividía opacaba sus palabras.
Greys se levanto también y comenzó a intercambiar palabras con la chica pelirroja pagando nuestras cuentas.
Logan le aparto un mechón de la cara a Melanie, eso era lo que hacia conmigo, ¿porque demonios estaban juntos?
- Vayámonos -Greys me tomo del brazo para sacarme del lugar.
- Greys... solo quiero saber, por favor -dije con voz débil.
- Luego hablaran, ahora vayámonos -rogó ella.
- ¿Tu sabes algo de esto? ¿por eso me trajiste aquí? -la mire con los ojos apunto de estallar en lagrimas.
- Te juro que no tenia ni idea Amy -ella me miraba suplicando-, vayámonos -Vi que sus ojos se enfocaban en la escena que estaba detrás de mi, me soltó de inmediato- vayámonos -dijo negando con la cabeza.
Me di la vuelta, lo que vi... fue la peor puñalada que pude haber recibido.
- Logan... -susurre.
No pude mas, mis ojos comenzaron a derramar lagrimas, esa escena que presenciaba era en puñal de mi destrucción, Logan besaba a Melanie, la besaba mientras se tomaban de las manos. Sentí que mi pecho sufría una gran presión, mil alfileres lo traspasaban, un nudo en la garganta que no me dejaba hablar, gritar, llorar.
- Vayámonos de aquí -escuche una vez mas.
Salí con Greys de la cafetería, tomamos la dirección opuesta a donde estaban ellos.
- No Greys -dije tomando fuerzas.
- ¿Que? -ella me miro confundida.
- No seré tonta de nadie, ya no mas.
Dicho esto di media vuelta, dando pasos temblorosos pero decididos hacia donde estaban ellos, cada paso me acercaba mas, cada paso me mataba mas.
Llegue hacia su mesa, se besaban, frente a mi.
- Logan... -susurre, el prontamente se separo de Melanie mirándome.
- Amy -me miro sin creer que yo estuviera ahí.
- Lo prometiste -dije negando con la cabeza al momento que el se levantaba de su silla.
- Dejame explicarte -dijo tomandome del brazo.
- No me toques -me solté de el.
- Amy, por favor. No es lo...
- ¿...que parece? típica frase.... pero no soy estúpida Logan.
- Por favor...
- No saliste conmigo porque tenias algo mas importante, ya veo el grado de importancia.
El me miraba, estaba sorprendido por mi llegada, yo sin mas solo podía derramar lagrimas.
- Ya no te quiero ver.
Eche a correr dejándolo a el, dejando a Greys, dejando todo. No quería saber nada, no quería verlo mas, olvidarlo.
Eso explicaba todo, Logan pasaba repitiendo una y otra vez "no quiero perderte" era por eso, me había engañado y temía que me enterara. Corrí como nunca en mi vida, corrí sin saber que camino tomar. Aquel cielo gris comenzó a tornarse negro, por la noche y por las nubes cargadas. No pude mas, pare, pare frente a ese parque el cual había sido testigo de nuestra reconciliación.
Sentí que alguien me abrazo por la espalda.
- Perdóname, perdóname -susurraba una y otra vez.
Me voltee quedando frente a el, frente a ese chico que me había matado.
- Te dije que no me tocaras -comencé a forsajear para que me soltara, pero simplemente el no lo hacia su fuerza era mayor a la mía.
- No quiero perderte, por favor no.
- Suéltame -grite eufórica.
- Perdóname -rogó nuevamente.
Deje de forsajear y mire el suelo, mis lagrimas salieron mas abundantes, al tiempo que las gotas de lluvia les acompañaban.
- Amy... -susurro el.
- No te quiero volver a ver mas, quiero que te alejes de mi, nunca me hables, no me mires, ni siquiera me pienses.
Sus manos perdieron fuerza, retrocedí mirándolo a los ojos.
- Para ti estoy muerta.
Di la vuelta y corrí desenfrenada.
Había creído en el, había sido vulnerable, había muerto por eso. Y el simplemente quería arreglarse con un perdón. No volvería a pasar, ya no mas.
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