martes, 31 de diciembre de 2013

Maratón 18/20 - Preparándome para la Tortura 80


La había pasado bien con Ben, durante y después de la cena no insinuó nada mas, sus padres llegaron al rededor de las ocho de la noche, estuve un rato con ellos a causa de la insistencia de la señora Marsden. No había sido mucho lo que me había quedado pues para las nueve ya estaba en casa.
Liam se veía feliz por saber que había salido al fin y estuvo mejor cuando me vio sonreír.
En cuanto llegue subí a mi habitación a toda prisa, busque mi laptop y la encendí, realmente no recordaba cuando había sido la ultima vez que la había usado, espere a que cargara y sin vacilar busque aquella canción que Ben había tocado horas atrás.
¿Que podía decir? Era algo indescriptible lo que sentí... el quería ayudarme en verdad, pero no podía hacerlo, no podía aceptar esa ayuda, mas por estar consciente de que no sentía nada mas por el, solo amistad. Me deje caer en la cama y mire el techo...
¿Podía darle una oportunidad? Quizá el me ayudara a olvidar a Logan, quizá estando con el me alejara de aquel sentimiento que me mataba... nada era seguro, solo un quizá.


El tiempo pasaba rápido. Ahora estaba a punto de entrar nuevamente al colegio, mi ultimo año en el, después podía irme y olvidarme de todo lo que me dañó.
Cuatro días de vacaciones era lo que me quedaba, las ultimas semanas habían sido casi la misma rutina, salir con Greys, salir con Ben, ayudarle a Mikeila... me entretenía pero en mis momentos no podía evitar llorar, recordaba las tragedias que me envolvían. Y sentía que todo era culpa mía, no se porque, pero de algún modo ese era mi pesar.
Ben y yo no habíamos tocado ese tema que me tenia intrigada y me daba alivio el no hacerlo. Liam sabia todo, el no estaba muy de acuerdo, porque temía que volvieran a herirme, pero igualmente estaba enterado de que aun amaba a Logan y sabia que ese sentimiento no me abandonaría tan fácilmente.
Cerré la laptop y me eche en la cama boca abajo, no había podido dormir la noche anterior, cerré los ojos intentando conciliar en sueño. Mi intento fue fallido cuando escuche un par de golpes en la puerta seguidos de mi nombre.
- ¿Quien? -pregunte enfadada.
Se abrió la puerta dándole paso a Mikeila.
- Cariño... estaba pensando en ir a comprar tus cosas para la escuela... si estas de acuerdo.
- Esta bien -dije mirándola-, me ducho y bajo -prometí.
- Te espero -dijo fingiendo una sonrisa.
A pesar del tiempo que había pasado, Mikeila no había logrado esbozar una sonrisa sincera, todo era fingido, aun estaba herida por la perdida de mi padre, yo igual lo estaba, pero por lo menos hacia caso al consejo de Nick, me distraía y le hacia ver al mundo que caía pero podía levantarme también.
No tarde en ducharme y cambiarme, pasados quince minutos ya me encontraba en la sala, Mikeila apareció de pronto con su bolso en la mano.
- Vamos Amy -dijo al verme.
Me levante del sillón y salí con ella.
Llamamos a un taxi, y nos dirigimos al centro comercial.
Odiaba hacer todo esto, no quería regresar a esa escuela, no quería volver a verlo, con suerte  y el se iría, aunque se que seria algo con muy pocas probabilidades de pasar pero por lo menos pedía no tenerlo en ninguna de mis clases.
Estando en el centro comercial buscamos cosas que necesitábamos, tanto para la casa como para el colegio. Mochila, cuadernos, lapiceros... todo listo para iniciar mi tortura.
- ¿Como has estado? -pregunto Mikeila mientras nos sentábamos a comer.
- No se -dije seria-, ¿y tu?
- Creo que no mejoro -me miro.
- No te lo quitaras nunca? -pregunte mirando su anillo.
Al instante me arrepentí de hacerlo, pues ella cerro los ojos y en su rostro se dibujaba dolor.
- Lo siento -me disculpe.
- Se que pasas por lo mismo -susurro-, perder a un padre...
- Es de las peores cosas que pueden pasarte -dije mirando la mesa.
- Nunca me lo quitare Amy -dijo ella después de unos minutos-, y nunca lo sustituiré.
- Gracias Mikeila -le dedique una sonrisa desanimada.
Significaba mucho para mi que dijera eso, era porque en verdad lo amaba, eso merecía mi padre, un buen amor. Lastima que no lo pudo disfrutar por mucho tiempo.

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